Desde la antigüedad grecolatina ya existía un interés por comprender las relaciones complejas entre los organismos y entre estos y su ambiente. En un primer momento histórico este interés se manifestó en trabajos de carácter descriptivo, es así que en el siglo XVIII la preocupación fundamental era la clasificación de los organismos en un sistema taxonómico. Para dicha clasificación se observaban no sólo los caracteres externos, sino también los hábitos más relevantes de las especies, como por ejemplo: en donde viven; si se trataba de un animal, se preguntaban a cerca del tipo de alimento que consumía, etc .
En el siglo XIX, la visión de la interrelación entre los organismo y su ambiente fue cambiando y se fue haciendo cada vez más dinámica. Es entonces cuando Darwin entra en escena con la pregunta: ¿De dónde vienen las especies? y plantea que estas se generan por pequeñas variaciones que les permiten adaptarse mejor a su medio ambiente; de la misma manera, proponía que las especies se encontraban en una constante lucha por la existencia donde sólo sobrevivirían las más aptas.
Finalmente, en el año de 1870 , el biólogo alemán Ernst Haeckel acuña para las prácticas que relacionan lo individuos y el medio ambiente de una manera dinámica el termino ECOLOGÍA. A partir de este acontecimiento comienza la consolidación de la ecología como una rama de la biología, que emplea un método científico para resolver sus problemas de investigación.