“Nuestros hijos
han de saber que la tierra es la madre de todos nosotros. Que todas las
agresiones que sufre la tierra inevitablemente las sufrirán sus hijos.
Cuando los hombres
escupen a la tierra, se está, escupiendo a sí mismos.
Una cosa sabemos: que la
tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra.
El hombre no ha tejido
la trama de la vida, es sólo un hilo de ella.
Está tentando la
desgracia si osa romper esa trama.
El dolor de la tierra se
convierte necesariamente en el dolor de sus hijos. Lo sabemos. Todo está
entrelazado, como la sangre de una misma familia”.
Respetar la Naturaleza
no significa tan solo respetar el entorno en el que vivimos, conservar un
paisaje de especial belleza o salvar de la extinción a animales y plantas. A la
larga, el respeto por la naturaleza nos lleva a cambiar nuestra forma de vivir
y nuestra actitud respecto del mundo y de nosotros mismos.
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